EL “MILAGRO MEXICANO” Y EL
PLAN DE 11 AÑOS.
La segunda guerra mundial
dio un gran estímulo al crecimiento de la economía mexicana. De 1940 a 1956 se
da en México un período de crecimiento hacia afuera, basado en el dinamismo del
sector primario. Esta política puede definirse como crecimiento sin desarrollo,
ya que el número de industrias del país aumentó, pero sin la base sólida que es
la libre competencia, que le permitiera desarrollarse económicamente.
Durante el mandato de Ávila
Camacho (1940-1946) se observó una notable estabilidad política y un
crecimiento económico. Entre 1940 y
1945, el PIB creció a un ritmo de 7.3 por ciento, índice nunca antes alcanzado
en la etapa postrevolucionaria. Los regímenes presidenciales de Manuel Ávila
Camacho y Miguel Alemán Valdés proporcionaron los medios para alentar el crecimiento
económico, la consolidación del mercado interno y la inserción de México en la
economía mundial.
La actividad industrial
registró un vigoroso crecimiento. La tasa de crecimiento del PIB (Producto
Interno Bruto) alcanzó entre 1947 y 1952 un promedio anual del 5.7%, con un
gran crecimiento en la producción de la energía eléctrica y el petróleo y
también de la industria manufacturera y de construcción.
De 1956 a 1970 la economía
mexicana gira ciento ochenta grados, creciendo hacia adentro, vía la sustitución
de importaciones; es decir, México debía producir lo que consumía. La economía
mexicana estuvo basada en el dinamismo del sector industrial, contrayendo la
estabilidad de precios y ajustándose a los problemas productivos y financieros
por los que pasó el país. El crecimiento industrial en el período 1940 -1970
mantuvo un ritmo de crecimiento sostenido aunque basado en un mercado cautivo
que le proporcionaba la política proteccionista diseñada por el Estado,
situación que trajo como consecuencia el desarrollo de empresas sin
competitividad con el exterior, que les impidió consolidarse a través de la
exportación hacia mercados extranjeros; condición que impediría la creación de
una verdadera industrialización moderna e independiente que contribuyera el
desarrollo social del México pos revolucionario.
Plan de 11 años
Aunado a los diferentes
tipos de educación que se implementaron y a las reformas educativas elaboradas,
uno de los proyectos reconocidos que tuvieron el objetivo de mejorar el nivel educativo,
es el emprendido durante el periodo presidencial de Adolfo López Mateos. El
origen de este proyecto se da, ya que cuando el asciende al poder en 1958, el
país había pasado por un periodo en el que se comenzó a tener un importante
desarrollo en cuanto al ámbito industrial, lo cual estaba favoreciendo la
economía y las condiciones de vida de la población, pero a la vez se veía
necesario un número mayor de personas que fueran técnicos, obreros y
profesionistas, pero contar con un población que desempeñara estas funciones
era algo difícil, pues la educación de esta época era de muy bajo nivel, además
que la explosión demográfica había aumentado y no permitía que se dieran los
servicios que la población requería, los esfuerzos de gobernantes y educadores
habían quedado rezagados, pues el analfabetismo ascendía, el número de escuelas
seguía siendo insuficiente y cada año, habían niños en edad escolar que
quedaban sin escuela, los índices de reprobación, principalmente en las áreas
rurales, eran también preocupantes.
Por lo que este presidente
reconoció que la educación pública debería ser una de las prioridades de su
gobierno, buscando adecuarse a las necesidades del desarrollo económico del
país que demandaba un número creciente de mano de obra calificada. Por ello,
Jaime Torres Bodet fue llamado para ocupar la cartera de Educación, y se
propusieron como objetivo ampliar las oportunidades de educación y mejorar la
calidad de la enseñanza y para llevarlo a cabo esto y decidir atacar el
problema,
Se presentó una propuesta:
el Plan Nacional de Expansión y Mejoramiento de la Enseñanza Primaria. El cual
tenía como propósito garantizar, en un plazo de once años, la enseñanza
elemental a todos los niños entre los 6 y los 14 años que tuvieran posibilidad
efectiva de asistir a la escuela y no la recibían por falta de aulas, de grados
escolares, de maestros o por cualquiera otra razón de orden escolar.
Los trabajos se iniciaron de
inmediato, y para comenzar con el trabajo era necesario contar con datos
cuantitativos, y el no tenerlos, se tuvo que partir de los datos del censo de
1950, y al haber transcurrido ya 9 años, estos datos ya no eran tan confiables
y se decidió entonces recabar información por medio de muestreos, y se dieron
cuenta que en la escuelas primarias existía un índice elevado de deserción
escolar.
Ciertamente este proyecto no
era la solución definitiva a la demanda cuantitativa de la educación primaria,
pero era una determinación realista aunque también más difícil de precisar, las
autoridades estaban conscientes de que aún proporcionando los maestros y aulas
necesarias, difícilmente podrían disminuir, en poco tiempo, los índices de
deserción ante las graves carencias de muchas familias. Por lo que cumplir con
la meta, significaba solucionar dos grandes carencias: la falta de maestros y
la escasez de aulas, y además de que se necesitaba un alto costo económico, el
aspecto humano representaba un reto mayor, porque se requeriría el mismo número
de nuevas plazas para maestros. Y el número de egresados de las Escuelas
Rurales, urbanas y no correspondían a los requerimientos del Plan y muchos de
los que formaban parte del magisterio no tenían la preparación necesaria. Por
lo que también se veía indispensable elevar el rendimiento de las Escuelas
Normales, ampliar el número de plazas.
Con este plan, el gobierno
había llego a asignar el porcentaje más elevado del presupuesto federal a la
educación, se había logrado un importante incremento en la matrícula de
educación primaria, el programa de construcción de planteles escolares había
logrado levantar cerca de 24,000 aulas, las oportunidades de trabajo habían
propiciado un incremento en la solicitud de inscripción en las Escuelas
Normales las cuales vieron aumentar su matrícula, Sin embargo como México tenía
por entonces una de las tasas de natalidad más altas del mundo, el crecimiento
de la población continuó trastornando todos los cálculos hechos por la Comisión.
Los principales beneficios de este plan fueron, el aumento considerable en la
matrícula de las escuelas primarias, la enseñanza media empezó a tener mayor
demanda como servicio urbano. Las oportunidades se ampliaron en el interior de
la República. Ya no se trataba únicamente de aumentar el deficiente número de
planteles secundarios sino de abrir nuevas opciones para la formación de
técnicos y especialistas que requería el desarrollo económico del país.
Asimismo, se fueron incrementando, paulatinamente, las restringidas
alternativas a nivel superior con la creación de nuevas universidades e
institutos de educación superior. Con este esfuerzo, a mediados de los años
setenta, México había logrado una notable expansión del sistema educativo
nacional para integrarse, con paso firme, a un mundo en constante proceso de
modernización.
El lograr la permanencia de
los alumnos hasta el sexto grado, era indudablemente más difícil de alcanzar,
ya que la deserción escolar seguía siendo uno de los graves problemas que enfrentaban
las autoridades, se había logrado una ligera mejoría en los índices de
retención y aprobación, pero la eficiencia terminal del sistema primario
continuaba baja. El Plan de Once Años continuó su marcha, aunque aun en la
administración de Gustavo Díaz Ordaz y un presupuesto menor afectó el programa.
Para 1970, año en que
debería de concluir el proyecto, no había sido posible alcanzar las metas
La información es muy interesante ahora que las escuelas normales vuelven a tener la importancia que tuvieron en el pasado y los nuevos maestros habían de retomar toda la historia del sistema educativo y la nueva escuela mexicana
ResponderBorrarcual era la importancia de la estabilidad política?
ResponderBorrarViva amlo
ResponderBorrarViva la 4t